ETAPAS HISTÓRICAS DE LA ENSEÑANZA DE LA NATACIÓN
La enseñanza de la natación ha sufrido múltiples cambios a lo largo del tiempo, lo que en un principio se consideraba correcto, como modo de enseñanza, posteriormente ha sido cuestionado. La mayoría de los autores cuando tratan el proceso básico utilizan los mismos objetivos y proponen un aprendizaje similar. Sin embargo, en el momento de la aplicación, se observa que hay muchas diferencias.
Es interesante observar que los métodos de enseñanza utilizados a lo largo de la historia son variados y que hacia la década de los 70 se producen grandes diferencias en las teorías de enseñanza.
La enseñanza de la natación en los últimos 15 años está sufriendo una transformación importante, ha dejado de ser un planteamiento exclusivamente utilitario para centrarse en aprendizajes más globales, donde el alumno realiza una práctica adaptada, basada en gran parte en propuestas y donde la motivación y la recreación son factores integrados; desde la realización de ideas personales por parte del alumno, hasta la utilización de materiales atractivos para integrarse al agua.
Las principales modificaciones con respecto al método de enseñanza se producen a lo largo del siglo XX. Inicialmente predomina una enseñanza analítica. Se desglosan las técnicas y se aprende por fases, a veces incluso se realizan primero actividades fuera del agua para pasar después a realizarlas dentro. La enseñanza es individualizada o en grupos muy pequeños.
Para comprender mejor las transformaciones del siglo XX lo dividiremos en tres partes.
En primer lugar, los primeros 50 años, donde se universaliza una enseñanza que consideramos bastante analítica y que da importancia al trabajo en seco. El peso de los contenidos se centra en la enseñanza de la braza de pecho, realizándose por fases. Se estudian los movimientos y se les otorga valor de higiene física fomentando una correcta ejecución del modelo técnico.
En los primeros 25 años del siglo aparecen diversas formas de enseñar, algunas muy complejas, con aparatos sofisticados y a partir de este momento empieza un debate que mas tarde será mucho más polémico: la enseñanza con material auxiliar.
Entre los métodos de este periodo se encuentra el llamado “método finlandés”. El profesor permanece fuera del agua y da instrucciones, primero en piscina poco profunda utilizando un palo o pértiga. El alumno se agarra, utiliza en un principio sólo los pies, posteriormente un brazo y finalmente se suelta. El aprendiz permanece con la cabeza fuera del agua durante todo el tiempo y el estilo que se realiza es el llamado "braza de pecho"
El método de Paul Beulque probablemente es el más importante a principios del siglo XX. Su gran innovación son las llamadas clases colectivas de hasta sesenta alumnos. Éstas se llevaban a cabo con un sistema de cables y poleas que hacían posible subir y bajar a los alumnos, acercándolos a la superficie del agua. Al considerar que los movimientos adquiridos podían realizarse en el agua aun sin desplazamientos, el profesor los introducía en el agua. La finalidad de esta enseñanza es sobre todo de tipo utilitario, orientada hacia la seguridad del niño. Se realizaba primeramente en seco con un sistema de poleas. El nadador era subido y bajado a voluntad y la técnica enseñada era una braza mecánica.
Entre los años 1930 y 1940, el movimiento de enseñanza se decanta hacia el modelo deportivo. El aprendizaje se hace de forma colectiva, siguiendo un patrón en el agua, aunque algunos ejercicios se realizan en seco para la comprensión de la técnica de los brazos. El “Crawl-Stroke” empieza a ser considerado un estilo muy importante en la enseñanza. El método es totalmente directivo y sigue la idea del modelo, descomponiendo las fases de la técnica. El profesor participa desde fuera del agua, indicando los tiempos de los movimientos.
De los años 1950 a los 1970, se realiza un cambio fundamental. Los profesores unifican criterios y la práctica se deportiviza, los estilos que se enseñan ya se definen como los propios de las competiciones. La construcción de instalaciones cubiertas convierte los programas clásicos de verano en proyectos educativos a largo plazo, aumentando el número de factores que afectan a los procesos de enseñanza - aprendizaje.
En esta época se empieza a dar importancia a la enseñanza que se realiza directamente en el agua, sin pasar por los ejercicios en seco y se propone que se comience con una base de familiarización en el agua, para continuar con el trabajo de flotación. Es apenas a partir de los años 60 cuando se considera el crol como posible primera técnica de desplazamiento, considerándolo como el más natural.
Finalmente, a partir de los años setenta aproximadamente, la natación hace su despegue. Se generaliza la práctica y se consolida la idea de que es necesario elaborar programas y que los procesos no finalizan con el aprendizaje básico. Esto provoca que se elaboren programas a largo plazo y aunque al principio la enseñanza se enfocaba sobre todo con objetivos competitivos, cosa que resulta inadecuada si se tiene en cuenta que el objetivo no es el educativo sino la búsqueda de los mejores resultados, las nuevas tendencias educativas llegan a las piscinas y se reflejan en metodologías más globales e individualizadas, mucho más adaptadas a las características de edad y maduración de los alumnos. Por ejemplo en los niños se empieza a utilizar una metodología basada en el juego donde se pretende que el niño sea feliz, autónomo y que está a gusto en el agua. Se propone un aprendizaje donde la experiencia del mundo acuático se realice sin tropiezo, motivado por su inquietud de expansión. Para esto se crea un ambiente de juego y de alegría, donde el educador actúa como animador y los acompañantes se sitúan como un refuerzo de vigilancia, en el bordillo con ayuda individual, momentánea y totalmente ocasional, ayudándose con material educativo diverso como juguetes, soportes individuales, líneas de agua y varas que limitan espacios a la medida de los alumnos. Las etapas que propone van desde los juegos de manipulación del agua, pasando por los desplazamientos en equilibrio vertical en profundidad y la inmersión total con respiración acuática, finalizando con la propulsión en posición horizontal. En el caso de alumnos de mayor edad cuya autonomía natatoria les permite desplazarse en el agua nadando con cierta naturalidad y coordinación básica, se buscan objetivos generales como el conocimiento de la técnica, la plena autonomia de las habilidades básicas, la depuración de las destrezas motrices de que disponen, el rendimiento óptimo que les proporcione placer por nadar en particular y en general el gusto por la práctica deportiva.
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